Materializaciones: Espíritus Sólidos
¿Pueden los muertos materializarse en presencia de médiums
dotados? Examinamos algunos de los casos de materializaciones en los que
el fraude parece descartable.
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Yolanda era una muchacha árabe de quince años. Según
parece también era un espíritu, lo que significa que podía aparecer y
desaparecer a voluntad, en presencia de la famosa médium inglesa de
materialización madame Elizabeth d’Esperance. Los
asistentes a las sesiones de madame d’Esperance a menudo aseguraban
haber visto simultáneamente la materialización y la médium. El modo en
que Yolanda abandonaba la sesión no dejaba a los
testigos ninguna duda de que se trataba de un fenómeno paranormal, aun
cuando mientras estaba materializada parecía un ser vivo normal.
En una ocasión, Yolanda se encaprichó de un chal de brillantes colores que llevaba puesto una de las asistentes y «se lo tomó prestado».
Cuando ella se desmaterializó, el chal desapareció con ella, pero en la
siguiente sesión lo volvía a llevar puesto. Pero dejó claro que ella no
había querido llevárselo.
Algunas veces el espíritu de Yolanda se desvanecía
gradualmente en una neblina, en ocasiones ante una veintena de testigos,
y únicamente el chal quedaba en el suelo. «Por fin se le ha olvidado», comentó una de las asistentes. Pero luego también el chal desapareció lentamente del mismo modo.
Madame d’Esperance fue una de las primeras médiums
de materialización inglesas, y cooperó de buen grado con los
investigadores que deseaban probar que la presencia de estos espíritus
no era un fraude; llegó incluso a permitir que se tomaran fotografías.
Pero una de las sesiones dio a pensar que la materialización no es un
fenómeno auténtico.
Sospechas De Fraude
Ilustración
de Tissot que representa a los dos espíritus materializados que el
dibujante vio en el transcurso de una sesión del médium londinense
William Eglinton.
de Tissot que representa a los dos espíritus materializados que el
dibujante vio en el transcurso de una sesión del médium londinense
William Eglinton.
se parecía extraordinariamente a la médium. El asistente trató entonces
de agarrar al espíritu, que desapareció rápidamente, y la médium sufrió
una hemorragia pulmonar y estuvo enferma durante largo tiempo. En dos
ocasiones más ocurrieron accidentes similares, pero madame d’Esperance jamás fue descubierta in fraganti.
Los espiritistas sostienen que tocar un cuerpo materializado (a menos
que lo permitan explícitamente los «espíritus») o encender una luz
durante una sesión puede causar daños incalculables a los médiums,
porque provoca que el ectoplasma -materia de la cual están formados los
espíritus- vuelva al cuerpo del médium con demasiada rapidez. No
obstante, en algunos casos se han producido materializaciones ala luz
del día y en presencia de testigos.
El médium londinense William Eglinton llegó a convencer a muchos escépticos. Después de acudir a una de sus sesiones, el famoso mago Harry Kellar declaró: «Debo confesar que he salido sin encontrar ninguna explicación natural a los hechos que he presenciado.» En un momento dado de la sesión, Kellar y Eglinton experimentaron una levitación.
Uno de los supuestos espíritus que solía aparecer en las sesiones de Eglinton era un tal Abdullah,
que era manco y se presentaba adornado con todo tipo de joyas, anillos,
cruces y sartas de rubíes que aparentemente valían una fortuna. Otra
materialización, un hombre con barba y vestido con una larga túnica,
permitió que uno de los asistentes cortara un trozo de la tela de su
vestido así como algunos pelos de su barba. Más tarde se dijo que la
tela encajaba en un agujero de una pieza de muselina y que los pelos
completaban una barba postiza que habían sido encontrados en un baúl
perteneciente a Eglinton.
A pesar de esta acusación de fraude, Eglinton continuó dando sus
sesiones y convenciendo a mucha gente. También desarrolló su capacidad
de médium para hacer escribir a los espíritus: éstos contestaban por
escrito, en pequeñas pizarras negras, a las preguntas que se les hacían.
El 29 de octubre de 1884 William Gladstone, entonces
primer ministro de Gran Bretaña, le visitó y formuló varias preguntas
confidenciales en español, griego y francés; se le respondió por escrito
en estas mismas lenguas. El estadista quedó tan impresionado que se
hizo miembro de la Society for Psychical Research.
Otro médium de materialización que se hizo famoso en la Inglaterra victoriana fue el reverendo Francis Ward Monck.
Monck no sólo fue acusado de fraude, sino que además fue sentenciado a
tres meses de prisión ante la evidencia que proporcionaban los
«instrumentos» hallados en su habitación después de una sesión en
noviembre de 1876.
El problema de las materializaciones es que no dejan ninguna prueba tangible de su realidad. Sin embargo, el investigador William Oxley
ideó un ingenioso método para «grabar» la presencia de los espíritus
materializados por Monck (método que ha sido utilizado con éxito con
otros médiums). En una sesión celebrada en 1876 en Manchester, Oxley
logró obtener excelentes moldes en parafina de las manos y pies de los
espíritus materializados.
Para hacer un molde de parafina se vierte cera caliente en un bol y
se pide al espíritu materializado que sumerja su mano dentro. A
continuación el espíritu sumerge su mano en un recipiente con agua fría,
de modo que la cera se endurezca. Cuando el espíritu se desmaterializa
deja un molde de cera parecido a un guante. A menudo la abertura de la
muñeca era tan pequeña, que a cualquier ser humano le hubiese sido
imposible sacar la mano sin romper el molde.
Ceras Fantasmales
De
izquierda a derecha, tres estadios de un proceso de materialización
inspirados en las sesiones de William Eglinton. La neblina que parece
surgir del plexo solar del médium toma una forma particular (la de un
objeto, un animal o un ser humano), pero siempre se desintegra.
izquierda a derecha, tres estadios de un proceso de materialización
inspirados en las sesiones de William Eglinton. La neblina que parece
surgir del plexo solar del médium toma una forma particular (la de un
objeto, un animal o un ser humano), pero siempre se desintegra.
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El intelectual polaco Franek Kluski fue un médium
físico muy capacitado; logró por este sistema producir moldes de cera.
No fue nunca un médium profesional, pero ofreció sus servicios al doctor
Gustave Geley y al Instituto Metapsíquico de París en 1920.
Este eminente investigador psíquico y otros colegas atestiguaron que,
en presencia de Kluski, se materializaban miembros de fantasmas, se
deslizaban formas luminosas por la habitación y aparecían de repente
brillantes luces. Bajo control estricto fueron incluso capaces de lograr
fotografías de un fantasma. Y tanto el doctor Geley como el doctor Charles Richet,
profesor de psicología en París y experto en fenómenos psíquicos,
obtuvieron en las sesiones de Kluski excelentes moldes de manos y
miembros materializados. En las sesiones de Kluski, las
materializaciones completas aparecían a menudo de repente, pero otras
veces surgían de una tenue nube luminosa situada sobre la cabeza del
médium.
Las materializaciones producidas por un zapatero remendón de Cardiff, George Spriggs,
parecían casi demasiado buenas para ser verdaderas, pero existe el
testimonio de varias personas de confianza que presenciaron el fenómeno.
Fue en los años 1870, en un círculo espiritista galés, cuando Spriggs
comenzó a desarrollar sus poderes paranormales, desde clarividencia y
escritura automática hasta materializaciones totales. En noviembre de
1880 emigró a Australia. Allí, un tal señor Donovan, persona de gran prestigio y autoridad moral -ya que había sido miembro de la Asamblea Legislativa de Victoria-, asistió durante 18 meses a las sesiones de Spriggs y escribió después un libro sobre sus experiencias, titulado The Evidences of Spiritualism (Las pruebas del espiritismo).
Una Carta Fantasmagórica
Molde
de cera que se podría definir como «guante del espiritu», obtenido
durante una de las sesiones de Franek Kluski en Varsovia, durante los
años veinte.
de cera que se podría definir como «guante del espiritu», obtenido
durante una de las sesiones de Franek Kluski en Varsovia, durante los
años veinte.
extraordinario: se materializó un hombre que solicitó escribir una carta
a una mujer de Sidney que había asistido a las sesiones un par de
veces. Se le dio pluma y papel y escribió una carta de tres páginas, la
metió en un sobre y escribió la dirección de la mujer. Pero nadie tenía
sellos. El espíritu pidió prestados seis peniques a uno de los
asistentes y abandonó la habitación para ir a comprar uno a la tienda de
al lado. El vendedor, al ver que era un fantasma el que compraba
sellos, tuvo tal susto que olvidó devolver el cambio al muerto. El
espíritu se dio cuenta del error al volver a la habitación y retornó de
nuevo ala tienda a por el dinero. La carta fue enviada, y a su debido
tiempo se recibió una respuesta. Cuando el espíritu se materializó de
nuevo en otra sesión se le entregó la carta; él la abrió y leyó en voz
alta su contenido.
Al cabo de seis años, la habilidad de Spriggs para producir
materializaciones había disminuido, pero había desarrollado una nueva
habilidad para diagnosticar enfermedades psíquicamente. En 1900 volvió a
Gran Bretaña, y entre 1903 y 1905 prestó sus servicios médicos en la London Spiritualist Alliance.
La psíquica británica Isa Northage, médium muy
popular durante los años cuarenta, desempeñó también un importante papel
en el campo médico. Visitó numerosas iglesias para hacer demostraciones
de sus poderes psíquicos, incluidas voces directas y materializaciones.
Pero donde más éxito tuvo fue en los consejos médicos presididos por
uno de sus espíritus, el doctor Reynolds, para lo cual
se llegó finalmente a construir una iglesia especial en los sótanos de
la Abadía de Newstead. Con el tiempo -al crecer el poder de la médium-
Reynolds llegó a materializarse y a realizar operaciones incruentas en
algunos pacientes. El siguiente relato pertenece al capitán G.S. M. Insall, y está extraído de un libro íntegramente dedicado a esta médium: «Preparamos
la habitación y nos pusimos batas y máscaras, como era la norma con el
doctor Reynolds. Todo eso no era nuevo para mí, puesto que antes de que
la Primera Guerra Mundial me obligara a cambiar mi carrera por la
aviación había estudiado en los más modernos hospitales de Francia.
Entraron los dos pacientes. [Ambos padecían una hernia.] El primero, el
que presentaba complicaciones, se desnudó y se tendió en la mesa de
operaciones. Al otro se le asignó una silla cercana.»
«Comprobé personalmente los instrumentos depositados en un
carrito adjunto: pinzas, tapones, jofainas y recipientes. Ningún
instrumento cortante, excepto unas tijeras para cortar gasas. Había
también una pequeña linterna. Comprobé la salida de emergencia y vi que
la puerta estaba cerrada con llave y echado el pestillo por dentro;
además, una esterilla situada en el dintel impedía toda corriente de
aire. Estaba cerrando la puerta interior que conducía a la iglesia,
cuando alguien me avisó de que la médium aún no había llegado. Abrí de
nuevo y ella entró. Apagamos parte de las luces y alguien empezó las
oraciones. Podía ver ala médium sentada en su silla habitual, con
cortinas a ambos lados.»
“Al acabar las oraciones se oyó un trompetazo y la voz familiar
del doctor Reynolds nos saludó. Tranquilizó a los pacientes y les dio
instrucciones. Me asignaron una jofaina para recoger las gasas y me
adelanté hacia la mesa de operaciones. El sonido de la trompeta se
apagó, y a continuación apareció materializado el doctor Reynolds. Era
de pequeña estatura. La médium se hallaba en trance profundo.»
«Primero cogió las pinzas y con una gasa y una solución
desinfectante limpió el área. La hernia era umbilical. Recogí las gasas
en la jofaina. Después vi cómo colocaba las manos sobre la carne del
paciente y cómo éstas desaparecían en su interior. Extendió la mano
pidiendo las pinzas y gasas, de los que en total recogí ocho usadas.»
El doctor materializado comprobó el estado del paciente -quien
declaró no haber sentido ningún dolor y encendió la linterna para
examinar el área afectada. No se observaba señal alguna de herida o
cicatriz. A continuación el doctor Reynolds dijo que la médium tenía que
descansar un poco antes de proceder a la siguiente operación, y se
desmaterializó.
La Materialización De Un Hombre-Mono
Demostración del ilusionista Harry Houdini del método para hacer los supuestos moldes de espíritus con cera.
ser, al que llamamos Pithecanthropus, se ha presentado diversas veces
en nuestras sesiones. Uno de nosotros sintió su enorme cabeza peluda
apoyada sobre su hombro y contra su mejilla.Su cabeza estaba cubierta por un pelo grueso y áspero. Su cuerpo despedía un olor parecido al de un ciervo o un perro mojado.» Y el coronel Norbert Ocholowicz, que en 1926 publicó un libro sobre Kluski en Polonia, escribió: «La
fuerza de este mono era tal que podía fácilmente trasladar por la
habitación una pesada biblioteca llena de libros, alzar un sofá por
encima de las cabezas de los asistentes o levantar a las personas más
pesadas con sus sillas a la altura de la persona más alta. Aunque en
ocasiones su comportamiento causaba temor e indicaba un bajo nivel de
inteligencia, nunca pareció tener malas intenciones, sino más bien buena
voluntad. Solía mostrarse amable y servicial.»
Fuente
Lee más:
- El Doctor Lang, un cirujano del más allá
- Los científicos pioneros en la búsqueda de fantasmas
- Allan Kardec: En Busca De Los Espíritus
- Enigmas del Ectoplasma
- Katie King, el fantasma materializado
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